Elegido por la ONU el 28 de Enero, el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, tiene como objetivo sensibilizar sobre el cambio climático y su impacto medioambiental y en consecuencia impulsar el desarrollo y la aplicación de políticas que impongan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, tales como un mayor uso de fuentes de energía renovables, el cambio a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y en definitiva un cambio en las pautas de consumo de la población en general a nivel mundial.
Tal como quedó constatado en la reciente cumbre de París 2015 (COP 21), es urgente la puesta en marcha de medidas que sean capaces de frenar el cambio climático, y de hecho, en un acuerdo histórico se han aprobado por primera vez medidas legalmente vinculantes tales como mantener el aumento de las temperaturas por debajo de los 2 grados con respecto a los niveles preindustriales o perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1,5 grados.
Pero las iniciativas de la Unión Europea para frenar el cambio climático no son nuevas. La Comisión Europea lleva años legislando en favor de la promoción del uso de energías renovables.
Así, siguiendo los acuerdos internacionales sobre protección del medio ambiente incluidos en el Protocolo de Kyoto y en el Plan UE20, ha desarrollado una nueva normativa contenida en dos Directivas, la ERP abreviatura de “Energy Related Products” que establece para todos los equipos de producción de ACS y calefacción de uso doméstico, unos rendimientos mínimos que todos los productos deben cumplir y la (Directiva 2009/1 25/CE) y la relativa al etiquetado energético (Directiva 201 0/30/UE).
Siguiendo esta línea, desde el 14 de Enero de 2016, España ha establecido la obligatoriedad de que cualquier certificado de eficiencia energética de una vivienda se realice mediante un programa de cálculo reconocido, como por ejemplo la Herramienta Unificada LIDER-CALENER (HULC).
Este tipo de programas han incorporado nuevos factores para el cálculo de emisiones de CO2, y por lo que hace referencia a la Aerotermia, han pasado de 669 g/kWh a 331 g/kWh, haciendo que la bomba de calor Aerotérmica se convierta en el sistema de producción de calefacción, frío y ACS que mejor se adapta a este reto mundial.
En la producción de calefacción y ACS, qué equipos son los más adecuados para reducir las emisiones de CO2
Thermor lleva más de 40 años comercializando soluciones eficientes para la producción de calefacción y ACS con el compromiso de reducir al máximo las emisiones de CO2, y por tanto, prestando especial atención al cuidado del medio ambiente.
Entre sus equipos térmicos y de confort para el hogar destacan las gamas Solar y Aerotérmica. Ambas familias de producto ponen a disposición del profesional y del usuario final, soluciones que garantizan un alto rendimiento, un bajo consumo y una elevada protección del entorno y del medio ambiente.
Otro ejemplo de innovación y eficiencia, es la gama de bombas de calor por Aerotermia Alféa de Thermor. Alféa es un generador de calor, una caldera que en lugar de combustibles sólidos utiliza la energía renovable contenida en el aire para proporcionar confort. Así, las calorías presentes en el aire son utilizadas como fuente de energía natural, renovable e inagotable, con todos los beneficios que ello conlleva: elevado ahorro energético gracias a sus altísimos rendimientos, eliminación de olores desagradables por almacenamiento de combustibles o ausencia de emisiones contaminantes de CO2, sólo por citar algunos.
Según datos de la Unión Europea, el 30% del consumo de energía en Europa proviene de equipos de producción de ACS y calefacción de uso doméstico. Así, se calculó que sólo con el uso de productos más ecológicos y más eficientes podría garantizarse un considerable ahorro energético anual y la correspondiente reducción en emisiones de CO2.
Y es por ello, que Thermor apoya e investiga día a día el desarrollo de soluciones de eficiencia energética y el uso de energías renovables en la creación y diseño de sus productos, y es por ello también que Thermor se compromete una vez más con los objetivos fijados en el día Mundial en favor de la reducción de Emisiones de CO2.
¿Y qué más podemos hacer?
- Desplazarnos de forma sostenible. El transporte por medios de automoción y su consumo de energía es otro de los grandes factores que contribuye a la emisión de CO2. Utilizar transporte público, ir en bicicleta o a pie, siempre que sea posible, contribuye a disminuir dichas emisiones.
- Aplicar las tres “r” del ecologismo: reducir el consumo hasta lo imprescindible; reutilizar para aprovechar al máximo la vida útil de los productos; y reciclar para aprovechar los materiales de los productos eliminados.
- Conservar y mejorar los «sumideros de carbono». Bosques y océanos retienen el CO2, de manera que su cuidado contribuye a evitar que parte de los GEI emitidos lleguen a la atmósfera.