Tener la gran suerte de disponer de una segunda residencia, ya sea en la playa, en el campo o en un pueblecito con encanto, es fantástico. Y te ofrece una oportunidad perfecta para desconectar del ritmo diario y recargar energías en cualquier momento del año. No solo en verano: también en Semana Santa, en los puentes largos o incluso durante un fin de semana improvisado.
Pero para poder disfrutar del confort de tu segundo hogar desde …