Evita la contaminación del aire en casa

Pones la radio por la mañana y el locutor está hablando de los índices de polución en tu ciudad. O lo ves por la tele. Pero nadie habla de la contaminación en los interiores. Y la verdad es que con el ritmo de vida actual se estima que pasamos casi un 90% del tiempo dentro de algún edificio. Y sí, el aire en los espacios cerrados puede estar muy enrarecido. Incluso contener algunos agentes muy nocivos. Te explicamos cuáles y cómo evitarlos.

1 – Monóxido de carbono (CO)
También llamado Óxido de carbono es el responsable de la mayoría de las intoxicaciones domésticas por aire contaminado. Y es que está relacionado con un buen número de nuestras actividades diarias como cocinar y usar la calefacción. El CO no se ve, ni se oye porque no escapa de ninguna tubería ni tan solo tiene un olor especial. Si a eso le sumamos que nuestras casas y oficinas son cada vez más herméticas entenderemos por qué es el responsable de medio millar de muertes cada año en Estados Unidos.

Y la solución es tan sencilla como abrir la ventana. Es fundamental ventilar regularmente la casa y revisar una vez al año los sistemas de calefacción y cualquier equipo que genere combustión como chimeneas o calefactores de propano. 

2 – Formaldehídos
Aunque suene a algo exótico, los formaldehídos son los contaminantes aéreos más comunes en las casas. Normalmente son un residuo que emana de algunos materiales de construcción o de elementos decorativos. Una acumulación alta (a partir de 0.4 partes por millón) puede causarnos irritación en los tejidos sensibles: ojos, mucosas nasales, garganta… Y, por desgracia, los materiales que lo desprenden no están prohibidos, tan solo han de ajustarse a lo establecido en el real decreto 117/2003.  

Para reducir los riesgos al mínimo, además de ventilar la casa, podemos optar por evitar los muebles de material conglomerado, utilizar cosméticos y productos de limpieza 100% ecológicos y lavar la ropa nueva antes de usarla.

3 – Compuestos Orgánicos Volátiles (COV)
Estamos hablando de hidrocarburos que, a temperatura ambiente, están en estado gaseoso o resultan muy volátiles. En otras palabras: disolventes, pinturas, insecticidas, ambientadores, pegamentos, barnices, tintas de impresora…

Aunque a veces también pueden tener origen natural. Como el metano, el COV más habitual y que a menudo procede de la digestión del ganado o de algunos insectos como las termitas.
A corto plazo respirar en ambientes cargados de este tipo de contaminantes COV nos producirá irritación tópica, dolores de cabeza, mareos… A largo plazo es un tóxico muy peligroso. Puede causar lesiones en los riñones, el hígado, el sistema nervioso central… incluso puede ser el origen de un cáncer.

En este caso, además de ventilar bien los espacios, es recomendable usar productos naturales y distribuir plantas que nos ayuden a purificar el aire.


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