Se acerca el frío. Y a veces, aunque sabemos que nuestra caldera es ya viejita y que el año pasado nos dio algún susto, nos negamos a ver la evidencia. “No, hombre… Ésta aún aguanta un par de años…” o “de momento va funcionando…” Pero esperar a que un equipo de calefacción viejo deje de funcionar por completo significa asumir un montón de errores y riesgos. Por una parte porque el día que se estropea es el día que nieva. O un sábado por la noche. O el día que toda la familia está haciendo cola en la ducha porque vais de boda. Y es que la ley de Murphy es siempre implacable. Pero además, aunque aguante todo el invierno, tu vieja caldera, hay una cosa que hace mejor que nadie: consumir gas a lo loco. Porque probablemente su tecnología está más que obsoleta. Pero, además, porque las incrustaciones de cal y los desajustes de los años hacen que se encienda y se apague cuando a ella le apetece, no cuando tú quieres.
Es verdad que invertir en una caldera nueva da pereza. Pero al final es la mejor garantía de que vas a pasar los meses de invierno con la tranquilidad y el confort de saber que en tu casa se está muy a gusto. Esperar a que se rompa es obligarte a tener que elegir una caldera nueva a toda prisa. Y eso implica muchas veces pagar más y quedarte con lo primero que te ofrecen o que hay en stock. Renovar tu sistema de calefacción es una elección a largo plazo y vale la pena que lo hagas antes de que se te eche la urgencia encima. Si lo piensas, eso es lo que haces con el coche: no esperas que te deje en una cuneta para empezar a plantearte su renovación. Y en el fondo, sabes que si instalas un equipo eficiente vas a reducir tu factura energética un montón. Hasta un 30% si instalas algún modelo de alta eficiencia como la caldera “Logic” de Thermor que, además, ha sido diseñada para sustituir cualquier modelo antiguo en un abrir y cerrar de ojos.
Consulta con tu instalador de confianza y haz números. Verás que, al final, todo son ventajas. Para ti y para el planeta. Porque un equipo más eficiente también es una buena manera de consumir menos recursos y, en consecuencia, ser más respetuosos con el medio ambiente.